Los voluntarios de Garabide Ane Ortega y Arkaitz Zarraga en los últimos años están trabajando afanosamente con los nasas en labores de revitalización de la lengua nasa yuwe. La labor realizada en el ámbito de la enseñanza de adultos ha recibido un premio por lo cual realizamos esta pequeña entrevista a los activistas lingüísticos mencionados.
¿Quiénes son los nasas y cuáles son sus principales características?
Los nasas viven en el suroeste de Colombia, en las faldas de los Andes, concretamente en la región del Cauca. Ha sido un territorio conflictivo y lo sigue siendo. Fue un importante foco de conflicto entre las FARC y el gobierno colombiano y hoy sufren la persecución de numerosos grupos dedicados al narcotráfico. Los nasas piden la paz para poder desarrollar su proceso, pero al mismo tiempo luchan por recuperar las tierras que les han robado. En el proceso de recuperación de su cultura y carácter, la tierra y la lengua son los dos ejes principales.
En el ámbito lingüístico, tienen una gran similitud con nosotros en varias cuestiones. Su lengua, el nasa yuwe, es una lengua lingüísticamente aislada, es decir, no tiene alrededor ninguna lengua de la misma familia. Son aproximadamente 400.000 nasas y aproximadamente el 30% de la población es nasa yuwe-hablante. Al igual que en nuestro pueblo, allí también hay zonas con más hablantes y otras zonas con muy poca presencia. Hasta hace poco han tenido interrumpida la transmisión de la lengua y para darle la vuelta están haciendo un gran esfuerzo, con muchos recursos y con mucha ilusión. Se puede decir que se pueden ver grandes similitudes con nuestra situación en los años 60-70, pero los nasas tienen su cosmovisión, su forma de entender el mundo, y eso lo tienen muy presente tanto en el día a día como en la ejecución del proceso de revitalización.
Centrándonos en su lengua ¿qué labores se han realizado hasta la fecha?
Desde Garabide vamos al Cauca desde 2013, concretamente a Tunhibiu. Impulsados por unos nasas que asistieron al curso ADITU, los miembros de Garabide comenzaron a acudir al cauca y desde entonces hemos ido todos los años, excepto en este 2020. Hemos creado una colaboración especial con los nasas y se puede decir que hacemos un buen equipo. Las visitas iniciales supusieron un conocimiento mutuo más profundo, un análisis compartido de las situaciones y la concepción de una planificación general.
Pero al mismo tiempo que desarrollamos la planificación, conocimos una escuela de inmersión y las escuelas de adultos que ya estaban en marcha y analizamos con ellos cuáles eran sus dificultades y necesidades. A partir de ahí organizamos grupos diferenciados para poder ayudar mejor en cada área. Se crearon los siguientes grupos:
• Planificación
• Creatividad cultural
• Escuelas
• Escuelas de adultos
• Medios de comunicación
• Traducción
Ane Ortega y yo hemos estado en el grupo de escuelas de Adultos. El principal problema que tenían en ello era que los profesores eran hablantes, pero no sabían cómo enseñar el idioma. Utilizaban metodologías tradicionales, trabajaban listas de palabras, saludos y pronunciación, pero los alumnos no eran capaces de hablar nasa yuwe en la calle. Durante los últimos seis años hemos estado diseñando un proceso de aprendizaje basado en la metodología comunicativa. Hemos compartido el método, formado al profesorado en ello, programado adaptándolo a su realidad y, por último, elaborado el material para el primer nivel. Este es precisamente el galardonado, un libro que reúne las 10 primeras unidades para estudiar nasa yuwe: NYAFX FXIDX. Junto al libro del alumno, el proyecto incluye el libro del profesor y materiales audiovisuales.
¿Cuál es exactamente el reconocimiento recibido?
Lo otorga el Ministerio de Cultura de Colombia para premiar proyectos que fomenten la diversidad cultural. La verdad es que los vascos del grupo ni siquiera hemos sabido que el proyecto había sido presentado, y hemos recibido directamente la noticia del premio. Desde el punto de vista económico no es una gran aportación; son 5 millones de pesos (unos 1200 euros) e imprimir 1000 ejemplares del libro ha supuesto unos 15 millones, pero nos ha dado mucha fuerza para avanzar. Sobre todo los nasas lo han acogido con orgullo, sienten que el trabajo que han hecho, el camino que han recorrido y el conocimiento que han adquirido ha sido aceptado.
¿Quereis comentar algo más?
Este año no hemos podido ir al Cauca, pero hemos trabajado on-line para consolidar lo realizado y prever los próximos pasos. Es fructífero también ese trabajo para su proceso, pero yo echo de menos colaborar con ellos, profundizar en esa colaboración y conocimiento mutuo. De hecho, siento que nosotros tenemos mucho para aprender de allí y que lo estamos perdiendo con esta situación. ¡A ver si podemos ir en el 2021!