A principios de enero los caminos del euskera, del tarifit y del kabilio (taqbaylit) se cruzaron en Tánger. Garabide organizó unas jornadas junto con la asociación Massinissa con sede en esta ciudad con el objetivo de intercambiar experiencias entre las tres lenguas.
Comenzando el 11 de enero, durante cuatro días, se presentaron 16 ponencias explicando por un lado lo realizado hasta el presente y, por otro lado, las oportunidades y retos en torno a la revitalización. Aunque la mayoría de las presentaciones se realizaron en las variantes tamazig del Rif y de Kabilia, también se utilizó el francés como lengua franca, resumiendo en esta lengua las declaraciones de los diferentes agentes.
Las jornadas han resultado muy enriquecedoras. Desde un principio nos quedó claro el planteamiento de las amigas amazigh. El objetivo de una lengua amazigh común no puede ser freno para el proceso de revitalización de las lenguas bereberes, no se puede esperar a una estandarización para acelerar las dinámicas de las distintas variantes. Esa fue una de las conclusiones manifestadas: los tarifit y los kabilios deben trabajar sus propios procesos de revitalización lingüística, cada uno en su contexto (y en su estado). Por supuesto, es vital tener información los unos de los otros y aprovechar todas las posibilidades de convergencia, ya llegará la coyuntura de aprovechar la labor realizada por los otros.
El tamazigh se oficializó en todo Marruecos en el año 2011. Aunque tiene tres variantes muy marcadas no se ha decidido cómo gestionar las diferencias entre ellas y es el tarifit del Rif el que se utiliza en el uso escrito. En estos siete años el tamazigh no ha conseguido avances significativos en el ámbito educativo, en la administración o en los medios de comunicación. En las jornadas se denunció una y otra vez la falta de planificación y de medios.
Por otro lado, el Instituto Real de la Cultura Amazigh ha elegido el tifinagh como alfabeto y esta elección choca de plano con la elección de los kabilios a favor del alfabeto latino. Ahí se encuentra un nudo a superar si se quieren aprovechar las distintas convergencias.
Superando los siglos de arabización tanto en el Rif de Marruecos como en Kabilia de Argel las lenguas originarias están muy vivas, son millones los hablantes tanto en un caso como en el otro. Pero son lenguas minorizadas como la nuestra y están necesitadas de políticas y estrategias bien pensadas para hacer frente a la falta de prestigio, a los peligros manifiestos en la transmisión, a la revolución comunicativa que nos traen las nuevas tecnologías y, en última instancia, para responder al deseo de vivir en la lengua propia en el siglo XXI.
En todo ello andan, aunque sea asfixiados por la persecución política, cantidad de profesores y agentes en el Rif y, próximos a ellos, los activistas digitales kabilios, traduciendo al kabilio las aplicaciones más utilizadas, los que han puesto en marcha el café teatro, el consejo de jóvenes tomando la responsabilidad de la lengua, los agentes educativos trabajando a favor del kabilio en los institutos. Los euskaldunes tenemos a donde mirar, también hay fuentes para nuestra inspiración y, del mismo modo, podemos realizar nuestra pequeña aportación en las organizaciones estratégicas de los procesos de revitalización del tarift y del taqbaylit.
También tuvimos la oportunidad de celebrar el nuevo año amazigh, el 12 de enero celebramos el día Yennayer, dando la bienvenida al 2969 y mirando al futuro, hacia el 3000. Desde el estrecho de Tánger paso de tantas culturas la visión es amplia.