Saludos a todos, mi nombre es María Farinango. Soy Kichwa de Ecuador de la zona de los Andes. En Ecuador tenemos 13 pueblos o nacionalidades con sus particularidades. Los Kichwa tenemos una academia de nuestra lengua y yo me dedico a la educación intercultural bilingüe, que lleva ya más de 20 años en funcionamiento y que fue impulsada en un principio por el movimiento indígena. La educación se denomina bilingüe, pero se lleva a cabo en castellano. Aunque la lengua materna de la mayoría de los niños es el kichwa, sólo ocupa una hora de todas las lectivas en la escuela. Así, nos hemos dado cuenta que tenemos que dar pasos diferentes para el fortalecimiento de nuestra lengua y estamos pensando en modificar lo curriculums y que la educación se estructure desde nuestra visión. Aparte de la lengua, queremos otros elementos de nuestra cultura como la cosmovisión y la medicina natural sean tratados también en el ámbito educativo, porque cada pueblo tiene su sabiduría.
Conociendo la experiencia de el País Vasco me doy cuenta que también ha costado mucho trabajo que el euskara esté en los espacios educativos y en el espacio laboral. Pero también percibo que lengua vasca tiene un apoyo político y económico para que se pueda fortalecer en todo los espacios.
Me he reafirmado muchísimo en la idea de compartir, dar y recibir. Ha sido muy enriquecedor. He visto que para crear una sociedad equitativa es necesaria la diversidad.
Creo que nos une un objetivo común de seguir vivos como pueblos. Hay evidencias de que nosotros también existimos desde hace más de 6.000 años. Y me reafirmo que todos los que hemos estado en las zonas geográficas montañosas y no tan accesibles a los conquistadores nos ha ayudado a sobrevivir. Es la condición que nos ha ayudado a resistir.
También me he dado cuenta que no estamos solos, que hay muchos pueblos originarios con muchas cosas en común y que reivindican una vida normal dentro de su cultura.
En el País Vasco he visto una sociedad presionada al modernismo, a la vida rápida y esquematizada pero a la vez muy unida a su historia. En Ecuador la vida va mucho más despacio, natural, pero eso no equivale que no estamos haciendo nada.
Cuando visitamos la sidrería me di cuenta que aquí también hay tecnologías ancestrales en la producción de los productos, que son casi rituales. Me gustó mucho la sidra pero prefiero la chicha, nuestra bebida hecha de maíz.