Julio Garcia: Me llevo muchas cuestiones a Guatemala, muchas luces, mucha autocrítica, muchos sueños

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Hola mi nombre es Julio García, soy maya de Guatemala y en este intercambio que venimos viviendo mis impresiones son totalmente diferentes.

Cuando vine pensaba que venía a España como tal, no entendía la connotación que tenía el País Vasco, pero me fui quitando todo los prejuicios y ahora entiendo que hay un pueblo originario en Europa. Para mí fue muy impactante darme cuenta que hay hermanos indígenas también en Europa. Ver que nuestras luchas dentro del proceso histórico han sido muy similares. Tenemos una historia de opresión y de dominio marcado por el castellano que nos une.

De igual manera tenemos un presente común que reta a nuestras lenguas, a nuestra cultura, a la cosmovisión como pueblos.

También me he dado cuenta que con todo lo que he recogido estos días tengo una perspectiva de cómo ir fortaleciéndonos lingüísticamente para sentirnos orgullosos de nuestro pueblo como tal.

Sin embargo, nos hubiera gustado compartir mucho más con el pueblo vasco. Agradezco toda la información que se nos ha dado, pero siento que no ha habido esa complementariedad que dijimos en un principio y creo que esa parte hace falta. El proceso de formación es diferente en Guatemala, ya que se escucha a unos y a otros. Como uno de los principios era compartir, siento que me he quedado corto. Aún así respeto la forma de hacerlo aquí que es más inductivo que aditivo. Además creo que hemos aportado nuestro grano de maíz, como decimos nosotros, intercambiando experiencias, sobre todo con los estudiantes.

Nos dijeron desde un principio que se trataba de un diagnóstico y de una información general y que luego ya sacaríamos algunas propuestas de seguimiento y en espera de eso estamos, de las negociaciones de seguimiento. Entiendo que es un proceso.

Me llevo muchas cuestiones a Guatemala, muchas luces, mucha autocrítica, muchos sueños. Me he dado cuenta que hay muchas cosas que se pueden hacer sin tantos recursos económicos. Y sobre todo, reafirmar que soy maya, que pertenezco a un pueblo que existe.

Una de las cuestiones que más me ha impactado de los vascos es que cuando no te conocen no te saludan. El primer día salí a correr porque no podía dormir y saludaba a todo la gente que veía pasar y todos se me quedaban mirando como dciendo “¡este, qué clase de extraterrestre es! y no entendía por qué. Otra cosa que me costó fue acostumbrarme a dar dos besos en la mejilla porque nosotros sólo damos un beso y en el mundo maya un abrazo. Afortunadamente en el aeropuerto me avisaron y no tuve problemas. La perspectiva que tengo es que en un principio los vascos son muy individualistas pero cuando empiezas a practicar con la persona son mucho más cálidos y humanos.

Bernardo Chango: He visto el amor hacia la lengua vasca

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Mi nombre es Bernardo Chango y soy de Ecuador. En Ecuador tenemos 14 nacionalidades, uno de ellos es el Kichwa, de donde yo pertenezco. Hablo la lengua Kichwa y pertenezco a su academia. Gracias a que ahora en la constitución se han establecido artículos específicos, podemos trabajar a favor de las lenguas indígenas o lenguas minoritarias.

Como miembro de la academia de la lengua Kichwa buscábamos un trabajo de cooperación entre Garabide y nosotros, y Urko me dijo sería interesante acudir a este Programa de Intercambio.

La expectativa era venir aquí y ver qué estaban haciendo a favor de la lengua. En Ecuador no se conoce la realidad del pueblo vasco, qué es, qué hace. Simplemente existía el conocimiento de que había un pueblo vasco que quería separarse de España. Pero una vez de venir aquí he visto el amor hacia la lengua vasca, el querer mantenerlo y desarrollarlo. Por otro lado, que todas las instituciones, tanto públicas como privadas, se han formado para desarrollar la lengua. Todos trabajan por la lengua. Eso en Ecuador no lo tenemos ya que sólo trabajamos a favor de la lengua mediante la educación intercultural bilingüe y desde la academia de la lengua Kichwa. No hay otras instituciones que se preocupan por la lengua. Esta experiencia ha sido muy importante para mí para poder llevar como ejemplo a Ecuador.

Lo que más me llamó la atención de aquí fue la comida, los primeros días nos costó mucho acostumbrarnos a la forma de comer, porque nosotros comemos las cosas mucho más cocinadas. Sobre todo, ¡la carne que aquí se come casi cruda! Lo que más me ha gustado son los pintxos, ¡en ese aspecto no me ha costado acostumbrarme!

Los vascos me han parecido personas muy compartidoras, no esconden lo que tienen, quieren compartir lo que saben. Pena que no haya tenido más tiempo para conocerlos con más profundidad.

Catarina Pedro: ¡Acá saben comer bien!

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Hola soy Catarina Pedro Francisco soy de Guatemala y formo parte de uno de los 22 pueblos de la cultura maya. Soy Maya Q’anjob’al. En total son 25 los idiomas que se hablan en Guatemala, porque es un país con diferentes culturas o grupos étnicos que tienen su particular forma de vivir y entender la vida.

Soy profesora de enseñanza media en contextos multiculturales. Actualmente trabajo en le ministerio de educación con niños, jóvenes y docentes promoviendo la educación bilingüe intercultural que es el modelo que se está llevando a cabo en Guatemala. Estoy aquí también porque represento a la fundación Rigoberta Menchú Tum, que trabaja en un proyecto de formación de profesores para que en un futuro puedan dedicarse a la enseñanza de la lengua maya. Soy beneficiaria de una beca que es un proyecto que está financiando la ONG Mugen Gainetik. Es un proyecto promovido después de la una guerra interna entre el gobierno y la guerrilla que duró en Guatemala 36 años. Después de la guerra se firmaron siete acuerdos de paz y uno de ellos es sobre la identidad y derecho de los pueblos indígenas. A partir de allí, muchas organizaciones internacionales han ayudado financiando proyectos a favor de la recuperación de las lenguas indígenas, formando profesores, impulsando la artesanía, los trajes típicos…

Lo que yo percibía del País Vasco es que también acá como en Guatemala había mucha diversidad, pero me he dado cuenta que lo que más está fortaleciendo el pueblo vasco es su lengua. En Guatemala una cultura tiene muchos elementos a parte de la lengua, como su cosmovisión, su espiritualidad… En el País Vasco, el corazón de la cultura vasca es la lengua y los vascos se sienten muy orgullosos del euskara.

El Programa de Intercambio Cultural como tal no lo he visto tan bien. Aunque se llama Programa de Intercambio me he dado cuenta que hemos escuchado más que compartido. Sólo un 15% de las experiencias las hemos aportado nosotros. Ha sido una participación de ellos contándonos sus experiencias, llevándonos a ver diferentes instituciones… No ha sido un intercambio bien equilibrado.

Pero lo que sí llevo del pueblo vasco es una fortaleza, unas ganas de trabajar por mi idioma ya que en Guatemala los idiomas mayas no son oficiales. La constitución dicta que el idioma oficial es el español y las lenguas vernáculas son sólo patrimonio cultural de la nación. Así, tampoco nos reconocen como mayas según la constitución, aunque en realidad el pueblo maya en Guatemala es mayoritario.

Aquí tienen una gran oportunidad de ir fortaleciendo el euskara por que en primer lugar, el idioma es oficial, en segundo lugar es un país industrializado, con una economía muy fuerte y tienen todas las posibilidades de crear programas y organizaciones para fortalecer la lengua. En Guatemala la situación es mucho peor, hay una gran pobreza debido a la mala gestión del gobierno que sólo favorece a una élite que funciona según sus intereses.

Lo que más me ha gustado de lo que he visto en el País Vasco es la danza, la gastronomía y el vino. !Saben comer bien! !Pero fuman muchos cigarrillos! También me gustó la visita a la sidrería, cuando aprendimos a decir “txotx” y ¡rápido recibir la sidra de la kupela!

Maria Farinango: …compartir, dar y recibir

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Saludos a todos, mi nombre es María Farinango. Soy Kichwa de Ecuador de la zona de los Andes. En Ecuador tenemos 13 pueblos o nacionalidades con sus particularidades. Los Kichwa tenemos una academia de nuestra lengua y yo me dedico a la educación intercultural bilingüe, que lleva ya más de 20 años en funcionamiento y que fue impulsada en un principio por el movimiento indígena. La educación se denomina bilingüe, pero se lleva a cabo en castellano. Aunque la lengua materna de la mayoría de los niños es el kichwa, sólo ocupa una hora de todas las lectivas en la escuela. Así, nos hemos dado cuenta que tenemos que dar pasos diferentes para el fortalecimiento de nuestra lengua y estamos pensando en modificar lo curriculums y que la educación se estructure desde nuestra visión. Aparte de la lengua, queremos otros elementos de nuestra cultura como la cosmovisión y la medicina natural sean tratados también en el ámbito educativo, porque cada pueblo tiene su sabiduría.

Conociendo la experiencia de el País Vasco me doy cuenta que también ha costado mucho trabajo que el euskara esté en los espacios educativos y en el espacio laboral. Pero también percibo que lengua vasca tiene un apoyo político y económico para que se pueda fortalecer en todo los espacios.

Me he reafirmado muchísimo en la idea de compartir, dar y recibir. Ha sido muy enriquecedor. He visto que para crear una sociedad equitativa es necesaria la diversidad.

Creo que nos une un objetivo común de seguir vivos como pueblos. Hay evidencias de que nosotros también existimos desde hace más de 6.000 años. Y me reafirmo que todos los que hemos estado en las zonas geográficas montañosas y no tan accesibles a los conquistadores nos ha ayudado a sobrevivir. Es la condición que nos ha ayudado a resistir.

También me he dado cuenta que no estamos solos, que hay muchos pueblos originarios con muchas cosas en común y que reivindican una vida normal dentro de su cultura.

En el País Vasco he visto una sociedad presionada al modernismo, a la vida rápida y esquematizada pero a la vez muy unida a su historia. En Ecuador la vida va mucho más despacio, natural, pero eso no equivale que no estamos haciendo nada.

Cuando visitamos la sidrería me di cuenta que aquí también hay tecnologías ancestrales en la producción de los productos, que son casi rituales. Me gustó mucho la sidra pero prefiero la chicha, nuestra bebida hecha de maíz.

Sandra Caceres: Podremos evitar algunos tropiezos

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Hola soy Sandra Cáceres, vengo de Bolivia y soy de origen Kechwa. Mis padres eran kechwa hablantes pero lastimosamente no me enseñaron por el desprestigio social que el kechwa sufre en mi país. Yo soy capaz de entenderlo pero no de hablarlo, pero mi hijo sabe hablarlo y ahora tengo que aprender.

No soy lingüista de profesión, soy socióloga y trabajo en el Ministerio de Educación y Cultura de Bolivia y formo parte de una comisión que está trabajando en la creación e implementación de universidades indígenas. Son universidades diferentes a las tradicionales, ya que van ser enseñadas en lenguas originarias: el aymara el kechwa y el guaraní, que son los tres idiomas más hablados en mi país. Es por eso que estoy aquí.

Cuando me invitaron a este segundo intercambio organizado por Garabide yo no sabía mucho. Pero cuando llegué acá me encontré con todo una organización que se había hecho en torno a la lengua. Me nutrió mucho participar en este intercambio. Como no sabía mucho de realidades lingüísticas tenía algunos conceptos erróneos que he ido aclarando en todo este proceso. Me han sorprendido todos los programas e instituciones que hemos visitado y que trabajan a favor de la lengua vasca o en lengua vasca. En Bolivia no existe eso porque la lengua está desprestigiada. Ahora con nuestro presidente Evo Morales estamos haciendo algunos trabajos: la implementación de universidades indígenas, la nueva ley de educación o la constitución política del estado que también va a entrar en referéndum en enero. Los vascos habéis creado un montón de actividades para favorecer la normalización de la lengua y para eso no todo es tener recursos económicos sino también imaginación.

Participar en todo esto me mostró que estamos en un proceso y que vamos por buen camino y que necesitamos recuperar nuestras lenguas indígenas como parte de nuestra identidad. Teniendo en cuenta que nosotros no entendemos la lengua como el único elemento de nuestra identidad, tenemos toda una cosmovisión entorno a eso, y hay que luchar para que se mantenga. Pero también me valió para percibir que tenemos que ir mejorando algunas cosas. Nos hemos dado cuenta que la enseñanza intercultural bilingüe no es adecuada porque te enseñan el idioma, no en el idioma. Con la nueva propuesta de ley queremos que en nuestras universidades se enseñe en kechwa, en aymara y en guaraní.

He visto además que sólo con implementar la enseñanza en nuestros idiomas no va a ser suficiente para darle a las lenguas el estatus social que necesitan. Entonces tenemos que ir viendo otros procesos que nos ayuden a ver cómo se les puede dar utilidad social a las lenguas.

También me dado cuenta de la importancia de la traducciones, cómo traducir los contenidos trayéndolos a nuestra realidad pero sin cambiar de contexto.

Hay mucho material que me estoy llevando y creo que en mi país tengo que socializar lo que he visto. No se trata de copiar, porque las realidades son muy diferentes, pero si seguimos ciertas pautas que he percibido, podremos evitar algunos tropiezos. Nosotros no tenemos los recursos económicos que hay aquí y ése es un factor bien importante a la hora de revalorizar cualquier lengua. Pero estamos en un contexto muy adecuado con el gobierno que tenemos ahora para emprender nuevos proyectos.

Lo que más me ha gustado han sido los paisajes rurales del País Vasco, ¡pero todo ha ido a la velocidad de un rayo! Ha sido un ritmo muy rápido.

Pedro Escurra: Ignoraba la situación de otras lenguas indígenas

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Yo soy Pedro Escurra, vengo de Paraguay. Soy licenciado en filosofía y lengua guaraní. Además soy miembro del Ateneo de lengua y cultura guaraní que es una institución que tiene más o menos 24 años de vida y que enseña la lengua guaraní y a disciplina de antropología en todo el país. Tenemos más de cien sucursales en diferentes ciudades y pueblos de Paraguay.

Al principio íbamos a venir seis profesores del Ateneo, pero debido al tiempo de duración del programa, la mayoría desertaron porque en Paraguay estamos en exámenes finales.

La expectativa que yo tenía era que la lengua vasca era una lengua milenaria que se hablaba en todo el País Vasco, pero más allá de eso ignoraba todas las cuestiones políticas que impiden la utilización del euskara por los vascos. También ignoraba la situación de otras lenguas indígenas de Latinoamérica. No pensaba que tuvieran tantas dificultades como nosotros, para mí el guaraní era un problema existencial. Pero me encuentro con la sorpresa de que hay lenguas como el maya y el kichwa que aunque se hablan en territorios políticos diferentes tienen un organismo regional que pueda normalizarlas. La impresión que me llevo es que cada uno se aferra a su dialecto y no tiene ninguna voluntad para normalizar las lenguas y puedan seguir viviendo eternamente. Ya que estando como está la situación, las lenguas morirán por partes, por dialectos. En este aspecto me parece una gran labor la que se hizo aquí unificando el euskara y creando el euskara batua.

Después de este intercambio me he dado cuenta que hay lenguas que tienen problemas mucho más serios que el guaraní, pero que todavía queda mucho por hacer. Y eso me abre un entusiasmo para seguir trabajando por el guaraní con más entusiasmo, más fuerza y más dedicación.

Lo que me ha impresionado de este viaje es la terrible humedad que hay aquí. No se si por los años que tengo, pero me ha afectado. En Paraguay hay temporada de lluvia pero, cuando sale el sol desaparece la humedad rápidamente. Aquí no es así, ¡uno tiene que ir acostumbrándose a la humedad!

Celestina Carilao: Me ha despejado muchas dudas

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Hola soy Celestina Carilao, vengo de Wallmapu, territorio mapuche del lado chileno. De profesión hago varias cosas: soy profesora de historia de secundaria y trabajo con chicos de 14 a 18 años. Últimamente también me dedico a trabajar con diferentes organizaciones sociales para sensibilizar acerca de la importancia de la lengua como elemento fundamental de nuestra identidad.

Antes de venir a Euskal Herria había leído un poco sobre la realidad política. De hecho, el año pasado ya había estado en Donostia y ya tenía una imagen un poco parcial sobre la lengua. Sabía que existían medios de comunicación en euskara, las ikastolas… Pero este intercambio me ha permitido conocerlos en directo. Si tuviera que resumir lo que he visto en dos palabras sería militancia y emprendimiento. Me he dado cuenta que la lengua en el caso vasco es fundamental, todos los vascos se identifican como vascos a través del euskara. No es sólo un vehículo de comunicación sino parte fundamental de la identidad.

Los distintos proyectos que se han llevado a cabo para revitalizar el euskara son mucho más amplios que en mi realidad, pero el hecho de estar aquí nos ha ayudado, a la mayoría de nosotros, a despejar algunas cuestiones como el bilingüismo. Nos hemos dado cuenta que el bilingüismo al final siempre va a permitir que siga predominando la lengua mayoritaria, en este caso el español y la lengua minorizada va a seguir siendo minorizada.

No se trata de calcar o de imitar las experiencias que se están ando aquí, pero creo que el hecho de visitarlos tan de cerca nos va a permitir que los procesos que allí se podrían demorar 40 años ahora ya se hagan en 20. Me ha despejado muchas dudas y me ha confirmado que voy por buen camino.

Me ha gustado mucho la fiesta vasca, he podido ver los bailes en directo y es algo que la gente lo hace de corazón. También me ha gustado la sidra y sobre todo el “txotx” y que abrieran la sidrería para nosotros es un gesto que me pareció fantástico. En un primer momento me pareció muy frío todo, pero cuando ya entras en contacto, los vascos son muy amables.

Leonel Cerruto: Me queda una pregunta, ¿Hacia donde quieren ir?

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Mi nombre es Leonel Cerruto, soy kechwa de Bolivia y trabajo en la prefectura de Oruro. También soy parte del equipo que impulsa la creación de la universidad intercultural indígena Kawsay.

Mis expectativas al venir acá eran conocer la experiencia del pueblo vasco en lo que es la educación superior, sobre todo aquí en Mondragón ya que es una universidad vinculada al cooperativismo. Me interesa mucho ver cómo han podido sacar adelante un sistema de producción cooperativo con la cantidad de empresas que ya han traspasado los continentes.

Lamentablemente el tiempo no ha alcanzado para conocer todo. Me hubiera gustado ver cómo funciona esta universidad por dentro: los contenidos curriculares, las relación con el sistema productivo cooperativo, cómo son las prácticas de los estudiantes en las empresas cooperativas, cómo financian sus investigaciones…

En cuanto al proceso de normalización que ha vivido el euskara, me parece impresionante el trabajo que se ha hecho como pueblo para construir un país en todos los aspectos de la sociedad. Se han desarrollado muchísimas instituciones para fortalecer la lengua. Nosotros estamos muy lejos de eso, entre otras cosas porque le nivel de prioridades es diferente. Pero me llevo demasiadas impresiones que todavía no me ha dado tiempo a masticar. Me ha faltado más tiempo para compartir y digerir todo lo que hemos visto, ¡tal vez alrededor de un patxaran!

Los vascos me causan impresión, tal vez porque son demasiado brutos para levantar cosas tan pesadas. Pena que no haya ido a ninguna fiesta y haya visto más aspectos de la cultura y la vida vasca. Solamente nos han llevado a trabajar día y noche, ¡como buenos vascos! Pero también me queda una pregunta: ¿Hacia donde quieren ir? ¿Quieren seguir el mismo camino que la sociedad moderna y desarrollada que el sistema nos ha enseñado o tienen otro horizonte?

Hilda Toaquiza: ¡Cuánto hemos aprovechado la experiencia en el País Vasco!

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Cuánto hemos aprovechado la experiencia en el País Vasco! Ha servido bastante. Hemos compartido con nuestro pueblo en Cotopaxi.

De lo que hemos visto, para mi personal opinión el tiempo era bien planificado. Hemos ganado, hemos aprendido, y conocido.

Los vascos nos han tratado muy bien en el aprendizaje, y en general durante los quince días que estuvimos.

Hemos tenido un horario completo y así alcanzado a hacer todo, eso es lo mejor para nosotros. Con el trato que nos han dispensado, con la colaboración en los recorridos, viajes, conociendo el país… Yo personalmente estoy muy agradecida. Si hubiese dado más tiempo y hubiéramos tenido visa nos hubiéramos quedado para seguir aprendiendo, conociendo los canales de televisión y medios de comunicación. La comida, todo variado. Eso es lo que sí ayuda mejorar y a mantenerse bien de salud. Mejor os cuento: yo me he engordado con la comida de ustedes, aunque ahora aquí en mi tierra ya me estoy haciendo flaquita.

De sus costumbres la que más me ha llamado la atención es que la mayoría de vascos consume muchos cafés en los bares. La música también me ha llamado la atención. Es costumbre de cada pueblo la música entonada con sus propios instrumentos. Llama la atención la música nativa del País Vasco, como que no han recogido las canciones de otros países.

El precio de todo era muy costoso. El euro costaba bastantes dólares. Las ropas son bonitas, coloreadas, de algodones bien figurados, pero muy costoso, carísimo. Pero estoy muy contenta.

Abrazos para todos.

Yupaychani shuk ukllari tukuy kinkinkunapak llankaymanta.

Kutichipanki.